
rafo decía que la cebolla le daba ganas de vomitar, como un niño ebrio, mientras todos degustábamos con placer ese desayuno estupendo: tamal con salsa criolla. apenas minutos antes estuvo a punto de transformarse en hombre lobo mientras efrén no paraba de reir. la mamá de yemi se reía de nuestra indecencia porque es católica pero sobre todo una mujer gentil. qué noche...diablos! qué locura...dios. dios, cuéntame cómo terminó la noche porque sinceramente hay muchos besos que no recuerdo. los vagos somos gente de amor, los besos nos piden bises y siempre volvemos al escenario. jugamos con los perritos también, conán y su pelota baboseada. yo me dejo besar, todos se dejan chapar. es un hito, es histórico pero soy tan monse que me olvido. hoy todos me cuentan que me subí a la mesa y que tal con cual y que somos tales por cuales y es una felicidad sinceramente. yo me siento más joven cada día. y usted doctor de hecho no tiene idea de cómo es ser una niña de 24 años.
por la mañana caminamos mucho hasta encontrar marcianos. quiero vivir en el callao y salir en short y sandalias como las lugareñas bajo el sol radiante, sensualidad desbocada.
p.d.: ah! me olvidaba, primero comí uno de mango y luego uno de fresa con leche. me encanta chupar marcianos...bueno, a quién no...