10.23.2006

NO TE ASUSTES: "el hombre que sabía que lo verían"



NO TE ASUSTES : “LA HISTORIA DEL HOMBRE QUE SABÍA QUE LO VERÍAN”

Por TEROM



“Detesto el Cielo”, decía Horacio Zeta cuando todavía estaba entre los vivos. Quienes lo oían se burlaban de él porque la sola idea de pasar una eternidad ardiendo entre las llamas del infierno les parecía ridícula si se podía desear lo contrario.

Una noche antes de morir, Horacio Z le dijo a su única mejor amiga “Sé que me verán, porque el polvo le da visibilidad a los fantasmas y en esta vida el polvo es lo que más abunda”. Constantina – que era como se llamaba ella – no podía entender porqué era que él se ponía a hablar así, pero luego lo supo y no le quedó más remedio que limpiar cada habitación y esquina de cada lugar sobre la superficie a partir de la mañana siguiente.

No quería verlo
No quería oírlo
No quería odiarlo
No quería olvidarlo
Ni mucho menos…
No quería sentirlo para decirle aquello que jamás pronunció cuando Horacio Z sabía lo que ésta ocultaba.

De esta forma, la vida de Constantina se convirtió día a día en el Infierno de un almacén tumultoso y en el Cielo de un vendedor de aspiradoras. No había un solo lugar que ella dejara despegado de mugre por su afanoso temor a las emociones extendidas.

“Siempre he exaltado la capacidad de los vivos por enterrar”, le dijo un día a un pariente suyo que trabajaba de sepulturero. Éste le agradeció el cumplido y después añadió la frase “No te asustes”

“Mientras menos pienses en borrar más lejos estarás de amargas presencias”

Pero la verdad era que Constantina no sentía que el amor le amargaba, ni mucho menos quería que el tiempo hiciera de ella un ser tosco con la invalidez de un pino, nada más no quería arriesgarse a “perder” como suele ser la costumbre en los casos genuinos. Y es que las palabras por pura fricción con el vendaval arman…

“El único lugar al que no le he pasado un plumero es a la cama donde lo dejé ir”, pensó luego ésta. Por ende decidió pasar la noche allí para comprobar si era del todo cierto lo que Horacio le decía.

Y claro que fue así, en partes
Ella lo reconoció,
El no había envejecido nada, aún cuando habían pasado incalculables minutos.

“Vivo pude verme besándote”, le dijo él, “Me había equivocado”.


Lima, 23 de Octubre de 2006

Musica para volver a leer con suspenso y emocion (opcion opcional)
- I hate Heaven – The Residents
- Pourtant tu M’aimes – Francois Hardy
- Vanishing act – Monster Movie

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